🎁 Consigue un 10% de descuento en tu primera compra con el cupón soydocente 🎁

Logo sin fondo

¿Cómo son de buenos los elogios, estímulos y recompensas?

¿cómo utilizar recompensas?

Elogios: qué son y cómo funcionan

Elogiar es decirle a tu hijo que te gusta lo que hace o cómo se comporta, por ejemplo: «Buen trabajo, Juan», «Bien hecho, María» o «Eso es genial, Sara».

Los elogios fomentan la confianza y la autoestima de tu hijo o alumno.

Al elogiarlo, le enseñas a pensar y hablar positivamente de sí mismo. Le ayudas a aprender a reconocer cuando lo hace bien y a sentirse orgulloso de sí mismo.

Puedes elogiar a niños de distintas edades por cosas diferentes. Puedes elogiar a un niño más pequeño por compartir o por salir del parque cuando se lo piden. Puede elogiar a un hijo adolescente por volver a casa a la hora acordada o por empezar los deberes sin que se lo recuerden.

El elogio descriptivo es cuando le dices a tu hijo exactamente qué es lo que te gusta. Por ejemplo, «Me gusta cómo has encontrado un sitio para todo en tu habitación». Esto ayuda a tu hijo a entender exactamente qué es lo que ha hecho bien. También es más genuino que un elogio inespecífico como «eres un buen chico».

Aliento: elogiar el esfuerzo

El estímulo consiste en elogiar el esfuerzo, por ejemplo: «Has trabajado mucho en los deberes de matemáticas, bien hecho». Elogiar el esfuerzo puede motivar a tu hijo y animarle a esforzarse en el futuro.

También puedes animar a tu hijo antes de que haga algo. Por ejemplo, «Muéstrame lo bien que puedes guardar tus juguetes» o «Sé que estás nervioso por el examen, pero has estudiado mucho. No importa cómo resulte, lo has hecho lo mejor posible».

Algunos niños, especialmente los que tienen menos confianza en sí mismos, necesitan más estímulos que otros. Cuando los elogios se centran en el esfuerzo, es más probable que los niños consideren que esforzarse es algo bueno en sí mismo. También es más probable que sigan intentándolo y que sean optimistas cuando se enfrenten a retos.

mejores estímulos para niños

Recompensas: qué son

Una recompensa es una consecuencia del buen comportamiento. Es una forma de decir «bien hecho» después de que tu hijo haya hecho algo bueno o se haya portado bien. Puede ser un regalo, una sorpresa o un privilegio adicional. Por ejemplo, como recompensa por mantener su habitación ordenada, puedes dejar que tu hijo elija lo que va a cenar.

Utilizar los elogios, los estímulos y las recompensas para cambiar el comportamiento

Los niños son más propensos a repetir comportamientos que se ganan un elogio o un estímulo. Esto significa que puedes utilizar los elogios y el estímulo para cambiar el comportamiento difícil y sustituirlo por un comportamiento deseable.

El primer paso es observar los momentos en los que tu hijo se comporta de forma positiva o se esfuerza. Cuando lo vea, llame inmediatamente la atención de su hijo y dígale exactamente lo que le ha gustado; por ejemplo: «Jaime, me ha gustado cómo has esperado tu turno para jugar con ese juguete. Bien hecho» o «Te estás esforzando mucho en tus deberes. Creo que lo harás muy bien en los exámenes».

Al principio, puedes elogiar cada vez que veas el comportamiento o el esfuerzo. Cuando ocurra más a menudo, puedes elogiarlo o animarlo menos.

Las recompensas pueden hacer que los elogios y los estímulos funcionen mejor. Así, cuando elogies o animes el comportamiento de tu hijo y luego lo premies, es más probable que el comportamiento se repita.

Es mejor no abusar de las recompensas. Si tienes que usarlas mucho, puede que te ayude a replantearte la situación. ¿Hay otras estrategias que puedas probar para fomentar el comportamiento que quieres? ¿O la tarea o el comportamiento es demasiado difícil para tu hijo en este momento?

Consejos para utilizar los elogios, los estímulos y las recompensas

Ayude a su hijo a reconocer cuando lo ha hecho bien y fomente su buen comportamiento con estos consejos:

  • Cuando te sientas bien con tu hijo, dilo. Intenta dar a tu hijo algunas palabras de ánimo cada día. Las pequeñas cosas que le digas pueden acumularse con el tiempo y tener un gran efecto en tu hijo.
  • Busque formas no verbales de elogiar o animar a su hijo. Un pulgar hacia arriba, una sonrisa o chocar los cinco pueden ser formas poderosas de mostrar a su hijo que está impresionado por su comportamiento o sus esfuerzos.
  • Sorprenda a su hijo con una recompensa por su buen comportamiento. Por ejemplo, «Gracias por recoger los juguetes, vamos al parque a celebrarlo».
  • Busque los pequeños cambios y éxitos. En lugar de esperar a que su hijo haya hecho algo perfectamente para hacerle un cumplido, intente elogiar cualquier esfuerzo o mejora.
  • Intente elogiar más que criticar. A modo de guía, intente elogiar a su hijo cinco veces por cada vez que diga algo negativo.
  • Elogie a su hijo por sus puntos fuertes y anímelo a sentirse entusiasmado con sus propios intereses. Esto le ayudará a desarrollar un sentimiento de orgullo y confianza en sí mismo.
  • Intente que sus elogios sean adecuados al comportamiento. Si sus elogios son exagerados, su hijo podría no creerlos.
  • Utilice los elogios y las recompensas de forma adecuada a su edad. Por ejemplo, es posible que los adolescentes no quieran que se les elogie públicamente por sus esfuerzos, mientras que a los niños pequeños les encanta que se les elogie.

Artículos educativos de tu interés

Apoyo a los niños con necesidades educativas especiales.

Muchos niños pueden tener problemas de aprendizaje. Hay una gran cantidad de problemas de aprendizaje que varían. Por lo tanto, estos problemas de aprendizaje deben tratarse de distintas maneras.

Comentarios

Deja una respuesta